La bodega está situada en General Roca mientras que nuestros viñedos se dividen en unas pocas hectáreas (cinco) en General Roca y la mayor parte de la producción (20 hectáreas) en Allen, situadas en su barda norte con 4 hectáreas adicionales próximas a ser cultivadas.

La calidad de nuestros vinos se debe al terroir, que consiste en la combinación de cuatro factores esenciales para la elaboración de vinos de calidad: suelo, clima, variedad de uva, y el trabajo del hombre.

Nuestros viñedos están ubicados en la zona de Allen y Gral. Roca, cada una con características únicas en término de suelo y microclima, lo cual marca su impronta en el perfil de nuestros vinos.

En la zona de Allen, nuestros viñedos presentan suelos limo-arcillosos, sódicos a salinos y con drenaje bajo, lo cual hace que estos suelos retengan mayor cantidad de agua, manteniendo así mayor humedad. Una particularidad de este área es que las heladas son menos intensas que en otras regiones, favoreciendo la obtención de vinos de buen color y equilibrados.

En Gral. Roca los viñedos crecen en suelos areno – pedregosos, suelos livianos que facilitan un buen drenaje y una menor retención de agua y menor humedad. Este entorno tiene un microclima más cálido, con temperaturas que son en promedio dos grados más altas que en Allen. Estas condiciones dan lugar a vinos con gran intensidad de color, aromas pronunciados y sabores distintivos.

El clima presente en la región de nuestros viñedos, con días cálidos y noches frías, ofrece condiciones óptimas para el cultivo de la vid. Durante el día, las temperaturas elevadas permiten que la planta realice la fotosíntesis de manera eficiente, generando azúcares y nutrientes esenciales. Por la noche, el descenso de la temperatura proporciona el descanso necesario para que las uvas no sólo conserven su frescura, sino que también mantengan una buena acidez. Este contraste térmico favorece una excelente concentración de azúcares en las uvas, lo cual es fundamental para la producción de vinos con profundidad, equilibrio y riqueza de sabor.

Nuestros viñedos se encuentran en zona patagónica, donde los vientos constantes pueden provocar mermas en la producción, pero también contribuyen a prevenir la proliferación de hongos. Gracias a esta ventilación natural, nuestros viñedos mantienen un ambiente más limpio y saludable, lo que nos permite evitar el uso de productos químicos para la fumigación.

El riego de los viñedos es esencial para preservar la calidad de las uvas y garantizar una cosecha abundante. El agua utilizada proviene del Río Neuquén, que se origina en la majestuosa cordillera de los Andes. Este recurso hídrico es fundamental para el cultivo, ya que permite un riego adecuado que favorece la salud de las vides y el desarrollo óptimo de las uvas. Con un manejo eficiente del agua, se asegura no solo el crecimiento vigoroso de las plantas, sino también la producción de uvas de alta calidad, esenciales para la elaboración de nuestros vinos excepcionales.